viernes, 21 de diciembre de 2018
CONVOCADA SOLEDAD: UNA CELEBRACIÓN DE LA EXISTENCIA
CONVOCADA SOLEDAD: UNA CELEBRACIÓN DE LA EXISTENCIA
Pincha aquí: JESÚS CÁNOVAS ENTREVISTADO POR MINERVA PIÑERO (LA VERDAD 02-12-18)
domingo, 3 de junio de 2018
PRESENTACIÓN DE AIRES DEL SUR (TERCERA TANDA)
PRESENTACIÓN DE
AIRES DEL SUR (TERCERA TANDA)
EXPO-LIBRO, 1 DE
JUNIO 2018, 7,30 DE LA TARDE.
A CARGO DE MARÍA
MAGDALENA CÁNOVAS MARTÍNEZ
Muy
buenas tardes queridos amigos.
Amigos porque ya nos conocemos algún tiempo, sobre todo en las presentaciones
de las dos tandas anteriores de la serie Aires del Sur. Y queridos porque son
ustedes incansables reincidentes y esto tiene un nombre: “amistad y querencia
hacia el autor”
No
voy a repetir las bondades de la escritura de Jesús Cánovas, mi querido
hermano. Todos ustedes, los que lo han leído y repiten las conocen: su
cruda ironía caustica. La buena y sana
ironía del que se ríe de sí mismo, de las circunstancias, de la vida misma, de lo humano, aunque no
ciertamente de lo divino. La ironía tremenda que hace escarnio de las
debilidades de nuestra especie. Sobre
todo en esta tercera tanda de Aires del sur, donde la ironía se hace sutil,
se vuelca sobre sí misma para reflexionar sobre ese ello profundo y misterioso
que contiene la semilla de nuestra grandeza y también de nuestra ruindad. Donde se esconden al acecho las pasiones más bajas y también
las nobles, como diría el gran Platón, aquellas que nos hacen seres irracionales y las que nos
llevan traspasar los límites de lo que somos y nos convierten en el Animal Divino del que habla nuestro
insigne filósofo del Materialismo Crítico Gustavo Bueno. No vivimos siendo,
sino queriendo ser, vivimos siempre en camino hacia una meta idealizada,
en camino de algo que se desea.
Por
si hubiera entre nosotros alguien que no conoce a Jesús Cánovas, diré
brevemente que tiene publicados 12 libros, 7 de poesía: A la Desnuda Vida Creciente de la Nada, del que tiene dos ediciones
en Betania, Madrid, en el 1989 y en 1991 una segunda edición; Kirye Eleison, en
Madrid Betania en el 1994; Estridularia, Murcia, Mirtya, 1999; La Luz Herida,
Lorca, (Murcia) Espartaria 1999; Fanal de la Aventura, Águilas (Murcia)
Hipocampo, 2000; Trasluminaciones y presencias, Murcia, Editora Regional, 2005;
y, Otra vez la Luz, palomas, La sierpe y el Laúd (Colección Acanto), Cieza
(Murcia) 2015; tiene publicados cinco libros de narrativa: Dulcísimas hebras de
oro, (relatos), Murcia, Ediciones Tres Fronteras 2009; El Quinto Camino
(Novela), Murcia Ediciones Tres Fronteras, 2016; Aires del Sur(primera tanda),
(relatos), Murcia, Diego Marín Librero-Editor, 2017; Aires del Sur (segunda
tanda) , (relatos), Murcia, Diego Marín Librero-Editor, 2017; y Aires del Sur (tercera tanda) el libro que
estamos presentando, publicado en Murcia, Diego Marín Librero-Editor, 2018. De
las Revistas y Antologías que son muy numerosas no voy a decir nada.
Jesús con esta forma suya tan personal de
escritura es capaz de aunar en un mismo párrafo, “nombres en “ico” y después
transcribir un latinismo alquimista …su humor nace del aliento popular de la
región, sus personajes son propiamente berlanguianos autóctonos, pícaros
rurales y astutos lenguaraces”, a decir del crítico literario Antonio Ortega,
al que le agradecemos su certera glosa.
Las
peripecias vividas por estas gentes que desconocen sus límites y se mueven escindidos, sufrientes y patéticos
por los aledaños del esperpento, representan comportamientos arquetípicos
surgidos del análisis filosófico-psicológico de las características humanas.
Aires
del Sur (tercera tanda), está compuesto por cuatro relatos, “De Amicitia”,
“Vida”, “Una experiencia paranormal”, y finalmente: “Diálogo hacia el final de
la filosofía”.
De
los cuatro libros o tandas, que componen la saga de Aires del Sur, ésta tercera
entrega podemos decir que es la que más
se deleita en los abismos psicológicos de los personajes, algunos de los cuales
rayan en la locura y el delirio, siendo muchos de ellos transversales en toda
la saga de relatos: Grulí Mochuelar o Miguel Cagarrutio entre otros; así como
los temas: La vida, la amistad, sentido
religioso, el hombre y la muerte. Todos ellos son temas de los que si realmente
hiciéramos una profunda reflexión, seguramente nuestra vida sería quizá más
feliz o simplemente distinta. La felicidad no está en las cosas sino en
nosotros mismos en dialéctica con lo ilimitado, precisamente por nuestras
limitaciones.
En
estos relatos se entremezcla el análisis psicológico con la ironía de las
situaciones cotidianas, haciendo que desde lo trágico surja la sonrisa
profunda, sino la carcajada de nuestra propia pateticidad. Somos seres
patéticos y endiosados que nos sentimos
libres cuando hacemos alguna maldad. En la naturaleza somos un forúnculo, y
dentro la especie nuestro individualismo nos lleva a la propia extinción. Como
individuos somos tan poca cosa frente a la naturaleza que estamos abocados a la
tribu o sociedad como quieran llamarla. Pero eso sí, una tribu con identidad.
La identidad es lo que nos hace únicos e importantes. Da mucho prestigio
inventarse una identidad y pertenecer a ella; ya sea un grupo de senderismo, o
literario, o una sociedad secreta, a voces claro, porque si no sabe nadie que
pertenecemos a ella no tiene ninguna gracia.
El
primer relato, “De Amicitia” habla de la amistad como necesidad humana. El
protagonista que curiosamente se llama como el autor, hace un certero análisis
fenomenológico del poeta “mediocre” representado como el Gnomo Sodomita,
también conocido como el Detritus, al que hay que sumarle el arquetípico
Trepario Retrepa o El poeta señorito, enfocándolos desde el mundo literario. Rescata en este
relato a Leopoldo, el amigo, el poeta, al que honran con el alboroque, práctica
tradicional de este nuestro sureste cuando un amigo muere.
Destacando de esta forma la buena poesía de la
mediocridad poética donde encontramos personajes tipo, como Miguel Cagarrutio,
Excrementinis o Sarasates cualquiera entre otros
no menos sarcásticos.
Las
reflexiones del protagonista se suceden al hilo
de una cena típica de verano con amigos, bajo un hermoso cielo nocturno
y la luna en su plenitud circundante. Describe con maestría y detalle un
entorno bellísimo cercano a Cabo de Palos, del que relata las peculiaridades de sus montes y colinas, se recrea en la
flora y en los detalles mínimos de tal
forma que el lector puede ubicarse con total precisión y gozar del lugar
idílico.
Esta
cena nos recuerda las comidas y cenas a las que Sócrates
asistía como invitado de anfitriones
insignes y prestigiosos. En las cuales se discutían las cuestiones y
temas candentes de la sociedad de aquella época, y, todo hay que decirlo, no se
diferenciaban mucho de la temática de nuestra actualidad. La tertulia de la
cena invita al lector a participar en la conversación; el lector se siente como un contertulio más que tiene algo que
decir en la sobremesa.
––¿Qué
piensas de la amistad?
––¿Escribimos
para ser reconocidos Jesús? ¿Por qué escribes?
––¿Cómo
sería nuestra vida sin amigos? ¿Distingues entre amigos y conocidos?
––En el relato titulado “Vida” (Dedicado
por cierto a una persona muy querida para ambos). El loco pretende ser Dios.
––¿Qué
piensas sobre la muerte?
––¿Es
posible volver de la muerte?
––¿Por
qué ese empeño a partir de Nietzsche en matar a Dios ?
“Una experiencia
paranormal”,
es una hipérbole que se repite, leo
literalmente:
“Se suceden los días idénticos, uno detrás de
otro; siempre idénticos. Aparece el valor rutinario de todo, el sentido fatuo
de lo cotidiano, el desplazarse de acontecimientos y cosas para siempre decir
lo mismo, para no decir nada… Me pesa esta rutina silenciosa, este túnel por el
que he entrado y del que no vislumbro ninguna salida; todo es oscuridad aquí,
muerte.”
Otro
párrafo:
“Me
levanto con Platón y me acuesto con Platón; Platón, Platón, Platón... Hay que
repetirlo para que no se olvide, repetir a Platón, Platón, Platón... para que
se fije en la memoria,… Mis clases consisten en la repetición de la muerte.
He
vendido mi alma por unas pocas monedas, para, invariablemente, encontrar
finalmente la melancolía… para darme de bruces con este ánimo sosegado desde el
que contemplo el tránsito de las sombras, esas sombras que transitan por el
mundo; mundo que es el conjunto de todas las sombras en tránsito, las sombras,
las sombras que me hacen inmune y me insensibilizan al dolor”…
Experiencia
paranormal
es un relato delicioso y clarificante
que al hilo cartesiano de una clase de filosofía, sui generis (como suelen ser
estas clases) el profesor nos va introduciendo en mundos posibles y nos relata
las aventuras vividas junto al Pater Augustus, entre ellas una experiencia paranormal. Además constata cómo los mundos
virtuales que están tan de moda en la actualidad hace ya unos 2500 años Aristóteles tenía una idea muy clara de ellos, de la
“virtualidad”.
Si
tenemos profesores entre el público enseguida reconocerán las características y
vicisitudes de una clase.
––¿Sólo
existe lo que vemos, tocamos y contamos? ¿Existen ad intra o ad extra nuestra
realidades distintas?
––¿Acláranos
una de las ideas que bullen en este diálogo, la educación actual nos convierte
en sombras? ¿En seres oscuros? ¿en copias?
Esperpéntico
y terrible el Diálogo hacia el final de
la filosofía. Este relato
transcurre en una biblioteca infernal. Es un relato reflexivo a la par que
delirante, leo literalmente:
“Contemplo mi reflejo en uno de los
grandes ventanales que dan a la noche. Un individuo de mediana edad, enfundado
en una bata de cachemir, calza pantuflas azules de talón bajo; se halla sentado
en un sillón barroco, de caoba y tafetán negro, estilo Luis XVI. Me mira
estúpidamente. Su cara es vulgar, demacrada, encubierta por una barba poco
cuidada que comienza a canear; como rasgo sobresaliente cabe señalar las dos
bolsas que hay bajo sus pequeños ojos grises, ya que denotan una posible
afición al alcohol. Ese individuo es chato, como si un puñetazo le hubiera
hundido la nariz. Continuamente ha buscado enfrentarse consigo mismo, pero
siempre ha terminado derrotado en el intento. ¿Cómo no podría dejar de serlo?
Ha reducido y eliminado al máximo los estímulos externos que le distraen con el
fin de ganar la transparencia de su ser, pero ha pagado un precio en exceso
alto por tener una mente ágil y clara; un precio que no desea a las buenas
gentes que se dejan llevar por comportamientos meramente mecánicos. Al
contrastarse tan solo con las mínimas eventualidades que se pueden necesitar
para la vida, con una reducción drástica de apremios, ha sondeado su propio
abismo. Y ha sentido vértigo.
¿Por qué será que mienten los
espejos?, se pregunta ese hombre extraño. Sus tersas láminas de cristal bajo el
azogue no tienen fondo; únicamente son superficies pulimentadas que devuelven
las imágenes, rotas, desfiguradas: fragmentos rotos de una identidad rota.
Fragmentos… fragmentos… trozos de lo que ha sido o de lo que es, trozos en los
cuales él apenas si se recuerda. Trozos rotos de sí que le llegan a la memoria,
que reconoce y sospecha tienen algún significado, algo, trozos rotos que
pululan y giran. Sabe que estos trozos también ansían, ellos como él, como él
que no es sino fragmento, trozo o trazo de un enigmático e inmenso puzzle que
enlaza todo lo que existe, no desaparecer, no anegarse, definitivos, en la nada”.
Aires
del Sur (tercera tanda), tiene un magnífica portada conceptual que simboliza la
biblioteca infernal, de ahí su color rojo fuego y el personaje frente a frente
en un diálogo maldito. Enhorabuena a sus autores Daniel Plana y Antonio
Campuzano por captar de una forma tan artística la esencia del relato.
Últimas preguntas:
––¿La
locura es patrimonio de unos pocos afortunados o está en la mayoría de las mentes?
––¿Hay
algún loco que sea consciente de su locura?
Porque, ni locos ni cuerdos admiten serlo. ¿Dónde está la línea que los
separa? ¿Quién tiene autoridad para señalar al loco del que no lo es? ¿Debemos
fiarnos de los psicólos en este tema de la locura?
––¿Estaremos
locos todos?
––¿La
envidia, el odio, el resentimiento… nos pueden llevar a la locura?
Resta
dar las gracias a los asistentes a Diego Marín, y al autor de Aires del Sur
Jesús Cánovas que han hecho posible entre todos este acto.
PUNTOS DE VENTA DE LAS DIVERSAS TANDAS AIRES DEL SUR:
EN MURCIA
Las cuatro librerías de DIEGO MARÍN en Murcia:
Las cuatro librerías de DIEGO MARÍN en Murcia:
EXPO-LIBRO, Merced, 25, Murcia
GONZÁLEZ PALENCIA, Merced, 25, Murcia
ANTAÑO LIBROS, Puente Nuevo, 9, Murcia
CENTRO DEL LIBRO EL TIRO,
Junto al Campus Universitario de Espinardo. Polígono El Tiro (parcela 78)
También se puede pedir por Internet a la Librería Diego Marín:
Libros de Jesús Cánovas Martínez (Catálogo Diego Marín)
También se puede pedir por Internet a la Librería Diego Marín:
Libros de Jesús Cánovas Martínez (Catálogo Diego Marín)
Librería RAMÓN JIMÉNEZ, Salzillo, s/n, Soportales de la Catedral, Murcia.
EN CARTAGENA:
Librería LA MONTAÑA MÁGICA, Pintor Balaca, 34, Cartagena (Murcia)
EN ÁGUILAS:
Librería MANUEL GRIS, Conde de Aranda, 6, Águilas (Murcia).
EN LOS BELONES (CARTAGENA-LA MANGA):
Papelería YOYES
Si alguien desea algún ejemplar de AIRES DEL SUR de cualquiera de estas tandas, firmado y dedicado, siempre puede ponerse en contacto conmigo, por chat o whatsapp, o en E-mail: mochuelagul@gmail.com
Ad astra per aspera.
domingo, 20 de mayo de 2018
TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR
TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR
JESÚS CÁNOVAS MARTÍNEZ
Diego Marín Librero-Editor.
Y ya por la TERCERA:
Son cuatro relatos
agridulces o tragicómicos los que componen esta Tercera Tanda de Aires
del Sur, en los cuales, al igual que en los de las tandas anteriores, se
conjunta lo trivial con lo extraordinario, la ironía con la seriedad, el juego
literario con una amenazante alteridad… Irrumpen, al lado de los ya
transversales, Grulí Mochuelar o Miguel Cagarrutio, nuevos actores
decididamente desestructurados que, si no se desvían hacia lo esperpéntico,
resbalan de forma inexorable por los territorios de la locura.
«Un conjunto de cuentos
que sorprende por su desenfado, desinhibición y amenidad, a pesar de que muchos
de estos textos descubren complicidades y aficiones muy arraigadas en su
insólito autor, catedrático de Filosofía, pensador libre y sobre todo
escrutador del alma humana mucho más allá, si necesario fuere, de los límites
habituales de la razón más objetiva, y que roza el esoterismo y las
experiencias paranormales, aunque sin pasarse un punto de lo aceptablemente
habitual» (Francisco Javier Díez de Revenga).
«La riqueza del
vocabulario empleado, la introspección, la crítica vitriólica, pero sobre todo
esa elevación de la realidad a categoría de Literatura, todo ello reporta que Aires
del Sur, en sus sucesivas tandas, sea un libro que recomiendo leer pues
no va a dejar al lector indiferente… Personajes extraños, crepusculares, deambulan
por una realidad casi mágica donde el paisaje, el duro paisaje surestino de
ramblas, montes pelados, pozos en los que puede aparecer cualquier presencia
turbadora, constituye un escenario casi onírico que los arropa o desnuda…» (Ana
María Alcaraz Roca).
«Otro
tema que aparece en los relatos de Aires del Sur es el esoterismo, la
brujería, las condiciones o condicionantes de la Astrología, campo donde
afloran personajes extraños, entre la línea que separa lo natural y lo
paranormal, o como refiere el autor con su constante ironía, “para anormales”… Aires
del Sur supone una visión de la cotidianeidad, agudizada por la ironía a
la vez que por la trascendencia…» (Francisca Martínez Merinos).
«De los cuatro libros o tandas que componen la saga de Aires
del Sur, esta tercera entrega es la que más se deleita en los abismos
psicológicos de los personajes, algunos de los cuales rayan en la locura y el
delirio. El autor, desde una fenomenología de las situaciones cotidianas,
apertrechado de la ironía a la que ya nos tiene acostumbrados, hace que aflore
una sonrisa profunda sino la carcajada, al mostrar sin ningún tipo de ambages o
cortapisas nuestra propia pateticidad»
(Magdalena Cánovas Martínez).
Puntos de venta de las TRES TANDAS DE AIRES DEL SUR:
EN MURCIA
Las cuatro librerías de DIEGO MARÍN en Murcia:
EXPO-LIBRO, Merced, 25, Murcia
GONZÁLEZ PALENCIA, Merced, 25, Murcia
ANTAÑO LIBROS, Puente Nuevo, 9, Murcia
CENTRO DEL LIBRO EL TIRO,
Junto al Campus Universitario de Espinardo. Polígono El Tiro (parcela 78)
También se puede pedir por Internet a la Librería Diego Marín:
Libros de Jesús Cánovas Martínez (Catálogo Diego Marín)
También se puede pedir por Internet a la Librería Diego Marín:
Libros de Jesús Cánovas Martínez (Catálogo Diego Marín)
Librería RAMÓN JIMÉNEZ, Salzillo, s/n, Soportales de la Catedral, Murcia.
EN CARTAGENA:
LA MONTAÑA MÁGICA, Pintor Balaca, 34, Cartagena (Murcia)
EN ÁGUILAS:
Librería MANUEL GRIS, Conde de Aranda, 6, Águilas (Murcia).
EN LOS BELONES (CARTAGENA):
Librería YOYES.
Si alguien desea algún ejemplar de AIRES DEL SUR de cualquiera de estas tandas, firmado y dedicado, siempre puede ponerse en contacto conmigo, por chat o whatsapp, o en E-mail: mochuelagul@gmail.com
Ad astra per aspera.
miércoles, 9 de mayo de 2018
PARA LEER GILIPOLLECES, ABRIR EL PERÍÓDICO...
PARA
LEER GILIPOLLECES, ABRIR EL PERIÓDICO…
De
verdad que sí, no hace falta irse muy lejos. Puede ocurrir en la
casa de uno, en el bar o en la cafetería de la esquina. Las
gilipolleces saltan a los ojos. Basta con abrir el periódico, como
hago yo cuando me tomo el segundo café mañanero. Lo hago para
espabilar, y lo consigo.
Junto
a la taza humeante y aromática, abro
las páginas de un periódico local, y después de leer el horóscopo,
comienzo a hojearlo. Doy un sorbo a mi café, y paso páginas. Y
encuentro noticias frescas, como esta: “La marea
verde
con todos los colores del arco iris”. Paso más páginas y hallo
otra: “Estrella de levante presenta su nueva cerveza con limones de
la huerta de Santomera”. Oye, tenían que ser de Santomera, y
supongo que aplaudieron en la presentación. Empieza la cosa a
ponerse heavy,
y yo a despegar el sopor: “La Base aérea de Alcantarilla intentará
batir el récord
nacional de caída libre.” ¡Joder con la Base, quién lo iba a
decir! Aunque, después pienso, que quizá no haya intencionalidad
por parte de la base en batir ningún record, y menos de caída
libre, pues el de Cristina Cifuentes ha sido muy difícil no solo de
mejorar sino de igualar. Insuperable. De
libro Guinness.
Pero no, discurro en mi coleto, no se trata de la Base. Se
trata
de la creatividad del redactor que ha arriesgado una potente
metonimia. Y, para riesgos, otra figura literaria. Un
oxímoron, eso creo: “La ciencia se acerca a los… de
tal localidad
(omito el gentilicio por pudor) en los bares”. ¡Genial!
El ánimo
con que me he levantado, un poco tristón, parece que definitivamente
se disuelve. Se
aclara, y me aclaro.
Otra, esta imputable a una genial ocurrencia, no del redactor, sino
del individuo objeto de la noticia: “Detenido por subirse a un
tejado y lanzar tejas a la gente.” ¡Facundo, cómo está el mundo!
Y es que hay gilipollas a mansalva. Abundan. Incluso entre los
ladrones: “Ahuyentan a un ladrón en un Burger King de Murcia al
grito de “¡Policia!”.
Todo esto en el mismo día, y porque no me
he detenido lo suficiente. No me he esmerado. Y mejor así. Porque de
lo contrario debería calibrar en su justa medida noticias como esta:
“Sufre daño neurológico al operarse de juanetes”.
¡Cuánta
enjundia! Y más que no digo. ¿Seremos objeto los ciudadanos de a
pie de algún secreto plan de ingeniería social? En fin, que soy muy
ignorante. Pero mucho. No sé ponderar los adelantos de la ciencia y,
en especial, de la medicina. Ni tampoco la complejidad del ser
humano. Pero, aun con lo leído, ahora que bien lo pienso, no
espabilo. Leo, leo, y cuanto más leo, más tonto me queo.
Y es que para leer gilipolleces, basta con abrir el periódico.
Jesús
Cánovas Martínez
Todos
los derechos reservados©
Ad
astra per aspera.
domingo, 29 de abril de 2018
EL AMIGO DEL SEÑOR
EL
AMIGO DEL SEÑOR
(Aproximación
a la espiritualidad de San Lázaro)
EMILIO
SAURA GÓMEZ
Prólogo
de CARLOS AMIGO
Edita
Parroquia de San Lázaro Obispo, Alhama de Murcia
Recuerdo
oír decir a su autor, cuando El amigo del
Señor se presentó en la iglesia de San Lázaro de Alhama (Murcia), que era
el libro que más trabajo le había costado escribir. Curiosa afirmación si
ponderamos que Emilio Saura se ha internado por los territorios de la teología
y la filosofía, amén de los del esoterismo, la cábala y la astrología
principalmente. ¿Por qué, entonces el aserto? La verdad es que he retenido la
frase, pero no los motivos que le llevaron a emitirla, por lo que, ahora que
escribo estas breves líneas sobre El
amigo del Señor, tengo que reinventarlos de alguna manera. Se me ocurre
decir al respecto que, a la par de la escasez de fuentes sobre la figura de san
Lázaro, quizá a Emilio Saura se le haya hecho difícil conciliar el rigor con la
amenidad. Y, en efecto, en El amigo del
Señor aparece una indagación acerca de la esencia humana, su estructura o
composición; también, al hilo de la reflexión sobre la vida y la muerte, se
plantea el tema de la resurrección, eje de la creencia cristiana, cuyo
paradigma, a parte de la misma resurrección de Cristo, ya se prefigura en la de
Lázaro. A estos temas, fundamentales en sí mismos, se añade una consideración
sobre la amistad, sobre la amistad de Dios con el hombre, pues Lázaro no es
sino el exponente del “nosotros” o del conjunto de la humanidad. Dios asumió la
naturaleza humana para convertir al hombre en su amigo, en “su igual”, y que de
este modo pudiera ser divinizado. Y no otra cosa significa, tanto en su
acepción hebrea como latina, el nombre de Lázaro: El Ayudado (El´Asar, de
donde procede Eleazarus y, por
aféresis, Lazarus), rescatado de la
muerte para reencontrar la vida.
¿Qué
sabemos de san Lázaro? Sabemos de él que era muy rico y que tenía dos hermanas,
Marta y María. También sabemos que Jesús por lo menos se hospedó tres veces en
su casa camino de Jerusalén. Sabemos que era amigo del Señor, que murió y que
el Señor lo volvió a la vida; así, uno de los episodios más impresionantes de
los Evangelios que no aluden a la misma pasión y resurrección de Cristo, se
encuentra en el relato que Juan hace de su resurrección. Pero poco más
conocemos de esta figura que no resbale hacia el territorio de la leyenda o la
especulación. La leyenda dorada refiere
que una vez se desencadenó la primera persecución de los judíos contra los
cristianos, y tras la muerte de san Esteban, cuatro años después de la
Ascensión del Señor, Lázaro tuvo que huir de Judea y vino a arribar a Marsella,
ciudad de la que fue el primer obispo, hasta que fue martirizado. La tradición
oriental, sin embargo, lo hace recalar en la isla de Chipre, donde fue ordenado
por san Pedro como primer obispo de Lárnaka. Sea como fuere, su vida queda
referida de un modo especial a la segunda memoria, esa que, frente a la
primera, retiene lo que verdaderamente importa.
Ateniéndonos
al relato evangélico, la resurrección de Lázaro no es la primera que realiza el
Señor. Cuando Juan El Bautista manda a sus emisarios para preguntarle si Él es
el que ha de venir, la respuesta que obtiene es la que ya anunciaba Isaías
(Isaías 35, 5-6 y 61, 1): los ciegos ven, los cojos andan, los muertos
resucitan, los demonios son expulsados, los enfermos son curados... De forma
concreta los evangelios relatan la resurrección de la hija de Jairo (Mateo, 9;
Marcos, 5, 21-43) y la del hijo de la viuda de Naín (Lucas, 16, 19-31). ¿Cómo
opera Jesús? Primero reclama fe en Él; luego, con el don de su palabra, llama a
la vida a aquel que sueña el sueño de la muerte; cuando este regresa, los
presentes quedan sobrecogidos.
La
hija de Jairo, jefe de sinagoga, acaba de fallecer, pero Jesús le dice que no
tema y que solamente tenga fe. Se llega dónde está la niña, echa a las
plañideras después de decirles que no está muerta sino que duerme (algo que le
vale unas sonrisas), la toma de la mano y con el poder de su palabra la
despierta: Talita qumi, “Lévantate, niña, yo te lo pido”. Aquellos en
los que había despertado una sonrisa quedan asombrados.
El
relato de la resurrección del hijo de la viuda de Naín únicamente se encuentra
en el evangelio de San Lucas (Lucas 7, 11-17). Jesús entra en esa ciudad y ve
salir el cortejo fúnebre. Se interesa por el muerto y siente lástima de la
viuda que ha perdido a su único hijo; tras conmoverse, toca el féretro y
resucita al difunto: “¡Escúchame, tú, muchacho, levántate!”. Y el muchacho se
levanta ante los presentes estupefactos. En este segundo caso la muerte ha sido
más feraz, más invasora: la hija de Jairo acababa de fallecer; el muchacho
llevaba un tiempo muerto, horas, tal vez algún día. Si en el primer caso se
podría albergar la sospecha de que la niña no
estuviera muerta del todo, resultaría más difícil mantenerla cuando a
alguien lo llevan a enterrar. Pero casos hay, por lo que aún sería admisible la
duda.
En
tercer lugar se halla la resurrección de Lázaro, con quien el Señor mantenía
una relación de amistad (Juan, 11). Cuando Jesús recibe la noticia de la muerte
de su amigo, se queda en Galilea, y solo cuatro días después del fallecimiento
aparecerá por Betania, para que, según sus palabras, se muestre la gloria de
Dios y Él mismo, Jesús, sea glorificado. Las palabras del Señor son
taxativas y no dejan lugar a la duda de que va a realizar un prodigio
definitivo. ¿Definitivo en cuanto a qué? En cuanto que mostrará el poder que
tiene para otorgar la vida. Si solo Dios puede dar la vida, la vida dada por
Jesús a Lázaro, confirma a Jesús como Dios.
El esquema es el mismo que en las
resurrecciones anteriores. Jesús recaba la fe de Marta, quien acude a su
encuentro; luego la de María, cuando al conocer que Él está allí, sale, por su
parte, a recibirlo. Jesús ha llegado tarde a propósito, y esto mismo es lo que
le reprochan las dos hermanas sucesivamente: “Señor, si hubieras estado aquí,
mi hermano no habría muerto” (Juan 11, 21 y 32). Pero Jesús las conmina a que
tengan fe en Él; así le dice a Marta: “Yo soy la resurrección y
la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y
cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan,
11, 25-26). Conmovido enormemente, Jesús llega al sepulcro y, pese a la
advertencia de Marta e, incluso, a su incredulidad (“Ya hiede”, dice Marta en
un momento), pide que se retire la piedra de la entrada, y llamándolo por su
nombre grita a Lázaro: “¡Lázaro, sal fuera!”. Y Lázaro sale liado en vendas. Los
presentes, una vez más, quedan sobrecogidos.
Estas
tres resurrecciones, por decirlo de algún modo, siguen una gradación, en orden
a la cual se acrecienta la radicalidad del prodigio, pues el poder que ejerce
la muerte sobre el cuerpo que Jesús va a resucitar es cada vez mayor. Sin
embargo, en la resurrección de Lázaro la gloria de Dios queda definitivamente
manifiesta. Resulta imposible creer que un cuerpo en el cual se han desatado
los procesos de descomposición, aún posea algún hálito por el que pueda volver
a la vida. La resurrección de Lázaro es radical; nadie, después de estar cuatro
días muerto, ha regresado. En la tradición hebrea durante los siguientes tres
días a partir del fallecimiento, el cadáver será visitado sucesivamente (un
ángel cada hora), por los setenta y dos ángeles de la Cábala, siendo el último
de ellos Azrael, el ángel de la muerte, quien prende el alma del difunto entre
sus labios y la lleva a juicio. Pasados estos tres días, y tras la visita de
Azrael, la muerte del cuerpo se considera definitiva. Pero Cristo se ha
encarnado, entre otras razones no menores, para destruir la muerte. A Lázaro no
le pide, como en el caso de la hija de Jairo o del hijo de la viuda, que se levante, sino que salga fuera. A Lázaro, propiamente, Jesús
lo retorna desde la muerte.
La
reflexión sobre la muerte implica, a su vez, una reflexión sobre la
constitución del ser humano y los posibles estados de existencia en que este
pueda encontrarse. Las actuales concepciones filosóficas acerca del ser humano
básicamente se reducen a dos: 1) concepción monista de base materialista
(aunque también existe el monismo espiritualista, tipo Berkeley o tipo
gnóstico, tal y como refiere el Kybalión, a los cuales se podrían añadir
otros); 2) concepción dualista que mantiene la existencia de dos instancias
claramente diferenciadas: alma y cuerpo.
La
concepción monista de base materialista reduce el ser humano a pura fisicidad,
siendo los fenómenos psíquicos y de conciencia meros epifenómenos de la
materia. Para esta concepción los pensamientos, los actos de voluntad, la misma
apercepción que tenemos de nosotros mismos, la experiencia de la libertad, por
nombrar algunos fenómenos, se producirían por las sinapsis entre las neuronas.
El ser humano de este modo vendría a ser un ente explicable, tanto en su
dimensión física como psíquica, por acciones y reacciones puramente mecánicas
de corte electroquímico. Huelga decir que este reduccionismo no termina de
explicar fehacientemente cómo fenómenos tan complejos como los nombrados se
pueden producir mediante el mero intercambio electromagnético entre neuronas;
problema al que habría que añadir el desconocimiento acerca de eso que
denominamos materia, su falta de definición, y consecuentemente, de
comprensión.
La
postura dualista, al mantener dos instancias claramente diferenciadas, alma/
cuerpo, o, si queremos, mente/cerebro, parecería en principio que resolvería
los problemas apuntados más arriba; no resulta así. Es cierto que esta
concepción sería proclive a mantener la pervivencia del alma una vez muerto el
cuerpo, pero aún quedaría pendiente el problema de la interactuación entre ambas
instancias.
Adoptemos
la postura monista o dualista, difícil será dar resolución a la problemática
apuntada: si el cerebro segrega pensamientos, consciencia, apercepción, etc., al
igual que el estómago segrega jugos gástricos, o, por el contrario, si el cerebro
es un filtro que, a la vez que permite manifestarse al alma, la limita. Instalados
en la ignorancia, más rica que las anteriores a la hora de facilitar
explicaciones acerca de los estados de existencia del ser humano resulta la
concepción tripartita, tal y como mantiene la Tradición y el texto bíblico se
hace eco. En este sentido Emilio Saura precisa la distinción tradicional entre pneuma, espíritu, psijé, alma, y soma,
cuerpo, en correspondencia con la de la Thorah,
que distingue entre ruaj, espíritu, nephesh, alma o principio vital, y bashar, carne o propiamente cuerpo,
precisando que “el alma (nephesh) de
la carne (bashar) está en la sangre”
(esta consideración de la sangre como vehículo del soplo vital nos llevaría por
territorios muy interesantes pero que no corresponden al objeto del libro, y,
por lo tanto, de la reseña; sin embargo, no puedo sustraerme a apuntar dos de
ellos: 1) el hecho de que Cristo pierda en la cruz la totalidad de su sangre
lleva a pensar que, en su resurrección, es el espíritu el que vivifica
directamente al cuerpo convirtiéndolo, de este modo, en glorioso; 2) se abre
una consideración a lo que podríamos denominar mística de la sangre, o, en su reverso, de la magia roja). Invito al lector a que guiado de la mano del autor
del libro entre en estas reflexiones. Emilio Saura realiza una adaptación
sintética del impresionante acervo a que remite el tema señalado sin menoscabo
de su complejidad y profundidad para que un público amplio pueda acercarse al
mismo.
Lázaro
era amigo del Señor, y el Señor lo resucita. En realidad, no será el primero en
estar con Él en el Paraíso, privilegio que le corresponde a san Dimas; razón
por la cual los estados post-mortem resultan más misteriosos. ¿Qué le ocurrió a
Lázaro en esos cuatro días que estuvo muerto? ¿Perdió la consciencia? ¿Tuvo una
experiencia análoga a la que describen los relatos de frontera? ¿Bajó al Sheol puesto que el Paraíso todavía se encontraba
cerrado? ¿Vio algo, pero deliberadamente calló al respecto por algún tipo de
razón?
A
veces se confunden los dos Lázaros que aparecen en los Evangelios: el de
Betania, hombre material y espiritualmente rico, del que hemos hablado, con
aquel otro que aparece en el evangelio de san Lucas (Lucas 16, 19-31), hombre
espiritualmente rico pero materialmente pobrísimo. No cabe lugar a la
confusión, pero aun así este segundo Lázaro, tal y como resalta Emilio Saura,
vuelve a remitir a la condición de Ayudado,
por un lado (de este modo leproserías, orfanatos o, simplemente, hospitales,
adquirirán el nombre de lazaretos), y
por otro, a la consideración de la muerte y los estados de existencia
post-mortem.
La
lectura de El amigo del Señor de
Emilio Saura supone un antes y un después acerca de las concepciones que
podamos tener en referencia a la vida y la muerte, ya que ponderan la
religiosidad —la relación de Dios con el hombre— desde el punto de vista de la
profundidad. Muy recomendable, por tanto, detenerse en sus páginas, a las que
invito.
Todos
los derechos reservados.
Jesús
Cánovas Martínez©
Ad astra per aspera.
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